Por: Fabrina Acosta – Contreras

Seguimos actuando como sociedad colonizada y normalizadora de acciones opresoras, las escuelas, la publicidad, la música, la familia, la religión, la política, todo cuanto nos rodea replica teorías y mandatos que excluyen, discriminan y categorizan a la humanidad en diferentes – “razas”– lo cual, es bastante dañino en una apuesta por la equidad e igualdad de derechos y una vida libre de violencias y especialmente de racismo.

Ese cuento que nos vendieron desde la infancia y que lamentablemente le siguen vendiendo a los niños y las niñas sobre Cristóbal Colón y su combo, no es la verdad absoluta, es más no es nuestra verdad. No existe descubrimiento (justo y benéfico) cuando lo único que se pretendía era aumentar la esclavitud en una región que definitivamente lo tiene todo, histórica y culturalmente, como lo es Latinoamérica.

Por ello, afirmo que las narrativas deben cambiarse, debemos promover y enseñar la historia de manera más asertiva y justa, no podemos seguir viviéndonos como una población sometida, esclava y conforme con historietas – “ blanquizadas, opresoras y racistas”

No hay ningún descubrimiento o conquista que celebrar el 12 de octubre, desde 1492; es momento de continuar deconstruyendo narrativas racistas y roles de esclavitud, cuando somos una región con historia de fuerza, creatividad, resiliencia, cultura, valentía, trascendencia y riqueza infinita.

En razón a esto, es importante hablar de interseccionalidad en nuestro país y en nuestra región y dejar de someternos al eurocentrismo y sus mandatos elitistas, somos una humanidad diversa que se enaltece en dichas diversidades – indígenas, negras, afros, raizales – somos mestizaje infinito y digno.

Importancia de los feminismos étnicos y decolonizadores

En esta reflexión es pertinente hacer mención del feminismo decolonial, precisamente por ser una corriente surgida en América Latina que da máxima importancia a la intersección de los conflictos entre sexo/género, clase y raza. En el estudio de esa intersección cuestiona el feminismo eurocéntrico u occidental, por lo cual, desde la mirada indígena – las mujeres – no pueden ser unas replicadoras de racismo contra nuestros propios pueblos. De este modo, es valioso pensar en la importancia de ser disruptivas con realidades excluyentes, para problematizar historias colonizadoras de nuestros pueblos y crear nuevas realidades.

Por lo tanto, es fundamental descolonizar los feminismos para desarraigar el patriarcado que viven las mujeres originarias, negras, empobrecidas, desobedientes y disruptivas con la heteronormatividad y la opresión sobre los cuerpos femeninos. En definitiva, no existe activismo reivindicador alguno sino una perpetuación de realidades desiguales, en los procesos donde se normaliza la homofobia, la transfobia, el racismo y toda forma de discriminación.

Las luchas no son propiedad privada, el feminismo no nació en Francia, nació y nacerá en todos los territorios que enfrentan el sistema patriarcal. Respecto a la consideración de que resulta paradójico que las mujeres indígenas o afros se declaren feministas, se debe resaltar que las mujeres pueden y tienen el poder de deconstruir paradigmas colonizadores y escribir historias propias de resistencia y transformación, sin adherirse a mandatos que restringen sus derechos y libertades.

Aunque el mundo continúa en una dinámica falocéntrica, racista y opresora, los procesos de resistencias sociales están generando cambios. La decolonialidad problematiza escenarios de creación de narrativas y conocimientos, corresponde entonces accionar propuestas de cambio que puedan generar transformaciones reales y no meras enmendaciones al modelo de dominación.

No hay ninguna conquista que celebrar ¿Cuál 12 de octubre y cuál día de la raza? No más racismos en un mundo diverso.

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