En la Asociación Evas&Adanes tejemos la fuerza de las mujeres para aportar a la transformación social desde la no violencia, la equidad e igualdad de derechos. Presentamos un video que realizó parte del equipo de Evas.

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En adelante compartimos la columna de Fabrina Acosta publicada en el marco del 8 de Marzo en el Heraldo

El 8 de marzo debe representar el compromiso hacia una sociedad de equidad donde la mujer no solo busque o exija sus derechos, sino que se desarrolle a través de la garantía de dichos derechos. Fabrina Acosta Contreras

Marzo es un mes en el que mundialmente se desarrolla una agenda pública de conmemoración del Día Internacional de la Mujer – esto debido a lo que representa el 8 de Marzo –, fecha en la cual recordamos a las valientes y esforzadas mujeres que lucharon, y algunas incluso dieron su vida con el fin de lograr la igualdad de derechos, inconformes con situaciones de desigualdad, emprendieron movilizaciones sin miedo a la muerte, porque me atrevo a afirmar que después de la fatiga extrema de vivir sometidas negociar con la muerte no les causaba miedo.

Por lo tanto, a pesar de la opresión que se vivía en contra de la mujer en 1900, ellas se atrevieron a luchar para ser tratadas con dignidad. Dado que los estereotipos de las mujeres eran trazados como tinta en la piel y opresores del pensamiento crítico/revolucionario, por esta razón es pertinente exaltar la lucha de nuestras antecesoras y ninguna mujer en la actualidad deberíamos ignorar eso, como tampoco asumir una postura indiferente que solo suma a los prejuicios patriarcales, pues los logros en la garantía de derechos femeninos del presente se le deben a la histórica lucha de valientes mujeres.

Fuerza de Mujer es un título en homenaje a las valientes guerreras que sabían que sus vidas corrían riesgo y no dudaron en enfrentarlo con la fortaleza propia de lo femenino, batallaron dejando su sangre tatuada en la historia, sus suspiros y padecimientos hoy se reflejan en algunos avances en los procesos de igualdad, pero eso aún no basta, queda mucho por lograr; por eso las mujeres y los hombres que amamos la cultura de la equidad debemos inspirarnos en aquellas luchas como las de los históricos 8 de Marzo, en los cuales muchas mujeres ofrecieron sus vidas por la decisión (rotunda) de terminar con situaciones adversas a cualquier opción de desarrollo, para continuar con la causa igualitaria del presente que posibilite una sociedad humanizada y con tendencia a la real evolución social.

No hay que esperar un 8 de marzo para decirle a una mujer qué tan importante es, lo que sí es fundamental es poder entender, comprender y convivir con sus diversos lenguajes, sus intereses y perspectivas, la idea es que todos y todas se permitan abrirse a las universalidades que implican lo referente a las diferencias de género y de cómo se entrelazan los usos del lenguaje masculino o femenino en la cotidianidad y en la realidad que debemos transformar. Que la mejor forma de conmemorar el día de la mujer sea desde la cotidianidad con acciones de respeto y garantía de derechos para ellas.

Viva la memoria de las mujeres que no se le arrugan a nada y a quienes murieron por exigir sus derechos y libertades, que vivan las que aún permanecen en la lucha y vivan los 8 de marzo, que nos recuerdan que las mujeres son humanas, sensibles, fuertes, reales, madres, empresarias, hermanas, novias, lideresas, políticas, negras, indígenas y desde su entidad de ser humano tienen derecho a vivir dichos derechos, sin dosificarse la garantía y el acceso a los mismos. El 8 de marzo no se celebra, se conmemora. No es una fecha comercial, intrascendente o trivial, representa la fuerza de mujer y la recordación de que el mundo necesita renunciar al patriarcado y a la normalización de las violencias y desigualdades contra lo femenino, para emprender su transición hacia un mundo en equidad e igualdad de derechos.

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