Por: Fabrina Acosta – Contreras[1]
El liderazgo femenino en La Guajira, y especialmente el de las mujeres (indígenas) en la transición del escenario privado o doméstico al público, enfrenta grandes desafíos. Si bien, el sistema de mayor influencia en las personas es la Cultura, el papel de las mujeres en muchas culturas es de sometimiento desde arquetipos del machismo y las formas de relacionamiento en un territorio como La Guajira.
De este modo, es importante ampliar al respecto el significado que cobra el concepto – sometimiento – para el contexto de este documento, se toma como punto de partida a Scott (1996) en su trabajo El género: una categoría útil para el análisis histórico muestra la manera en que comenzó el debate sobre el género en los años setenta, sus usos y transformaciones. El propósito de la autora fue aportar una nueva visión sobre aspectos varios de las relaciones de género. En palabras de Scott (Citado por Tarrés, 2013):
Ya no se trata de la historia de lo que ocurrió a las mujeres y los hombres y la manera en cómo ellos y ellas reaccionaron; se trata más bien de la significación subjetiva y colectiva que una sociedad da a lo masculino y lo femenino y cómo al hacerlo, ella confiere a las mujeres y a los hombres sus respectivas identidades. (p. 6)
El mérito de Scott en el debate sobre el género fue ubicar la categoría en género en el nivel simbólico-cultural y desde ahí definirla con base en relaciones de poder que varían según la historia y la organización social de los escenarios donde los individuos desarrollan sus experiencias. Así, los aportes de Scott otorgan elementos para resignificar las tensiones derivadas de las diferencias establecidas en los cuerpos como escenario subjetivo y social, así como en la cultura y la sociedad contemporánea.
Por su parte, Martha Lamas considera el concepto de género como:
El conjunto de creencias, prescripciones y atribuciones que se construyen socialmente tomando a la diferencia sexual como base. Esta construcción social funciona como una especie de «filtro» cultural con el cual se interpreta al mundo, y también como una especie de armadura con la que se constriñen las decisiones y oportunidades de las personas dependiendo de si tienen cuerpo de mujer o cuerpo de hombre. (Lamas, 2007, p.1)
De este modo, es importante mencionar que para el caso específico de las mujeres wayúu sus acciones desde la relación (Cuerpo – territorio) son fundamentales para la preservación de la cultura y la defensa de los derechos humanos, de manera integral. Por ello, han surgido organizaciones que platean reflexiones criticas y resistencia social respecto a la presencia de compañías o multinacionales en el territorio de La Guajira, que más allá de “autodeclararse” socialmente responsable generan impactos negativos para el desarrollo integral del mismo.
Las diferentes compañías que han hecho y aún hacen presencia en el departamento de La Guajira, llegan al territorio con una narrativa de aportar – “desarrollo” – desde una visión capitalista (no indígena) considerando que sus programas son la “solución” a las complejas problemáticas del territorio; estas pueden ser representadas en donaciones, regalías, programas asistenciales, entrega permanente de alimentos, agua o dinero, lo cual, presentan en medios de comunicación como procesos genuinos de responsabilidad social organizacional o ambiental, siendo en muchos caso una muestra lejana a la realidad, por ende la relación Ética Organizacional, Derechos Humanos y pueblos indígenas no representa el mejor efecto para La Guajira y la cosmovisión de sus pueblos; dado que más allá de estas respuestas a las necesidades básicas insatisfechas (hambre, sed y pobreza extrema en general) se generan conflictos internos en las comunidades, procesos de consultas previas sectorizados y excluyentes, monetización de los procesos y por ende hibridación de los principios culturales a cambio de ganancias materiales, por lo cual, inevitablemente se alteran también los territorios sagrados y se minimizan lo impactos ambientalmente negativos que se ocasionan por actividades como la extracción minera a cielo abierto o exploraciones energéticas.
Las Mujeres y la defensa del cuerpo – territorio en La Guajira
Para hablar de las Mujeres y su defensa del cuerpo-territorio, comienzo diciendo que como mujer feminista e investigadora académica que estuve recorriendo 14 países durante todo el año 2022, dichos viajes me dejaron muchos aprendizajes entre ellos el de la importancia del viento, el acercamiento al tema de energías y el liderazgo de las mujeres indígenas en la defensa de sus territorios ancestrales.
Por lo cual, toma relevancia que a mi regreso a Colombia fui invitada al Foro La Guajira presente y futuro energético del país organizado por la Mesa ANDI MAS La Guajira, en el cual, pude escuchar voces de lideres y lideresas, directivos y expertos/expertas en el tema, fue un espacio de mucho contenido y aprendizajes, los cuales, concentré en la reflexión propiciada por las mujeres wayúu que estuvieron de panelistas y las cuales, demostraron la fuerza de los liderazgos femeninos y su rol de defensoras del territorio, del planeta y de su historia; las lideresas regalaron una catedra de sabiduría e insistieron con sensatez y carácter que los procesos de transiciones energéticas y cualquier proceso en La Guajira se debe hacer con el protagonismo y gran aporte de las mujeres, esto es algo que por años el machismo ha impedido pero que se hace urgente y cada vez reclama más espacios de inclusión real, participaciones con garantías y liderazgos libres, seguros y con identidad.
De este modo, es importante mencionar que para el caso específico de las mujeres wayúu sus acciones desde la relación (Cuerpo – territorio) son fundamentales para la preservación de la cultura y la defensa de los derechos humanos, de manera integral. Por ello, han surgido organizaciones que platean reflexiones críticas y resistencia social respecto a la presencia de compañías o multinacionales en el territorio de La Guajira, que más allá de auto-declararse socialmente responsables también pueden generar impactos negativos para el desarrollo integral del mismo, pues no existen intervenciones perfectas y en ese sentido, siempre será fundamental la participación de las mujeres.
Las mujeres cuidadoras de su territorio son fundamentales en todos los procesos, porque es claro que muchas veces, algunas compañías que han hecho presencia en el departamento de La Guajira, llegan al territorio con una narrativa de aportar “desarrollo” sin embargo, es importante tener en cuenta que más allá de dar respuestas a las necesidades básicas insatisfechas (hambre, sed y pobreza extrema en general) se pueden generar conflictos internos en las comunidades, por los procesos de consultas previas sectorizados y excluyentes, monetización de los procesos, extractivismo académico y por ende hibridación de los principios culturales a cambio de ganancias materiales, por lo cual, inevitablemente se alteran los territorios sagrados.
Las Mujeres amigas del viento
En el proceso de transición de auge energético, las mujeres son fundamentales porque son las defensoras del territorio, quienes tejen diálogos, conciliaciones y esperanzas para las comunidades, estos procesos no deben darse sin ellas y sin respetar lo sagrado del viento y la importancia de lo espiritual en la cosmovisión indígena, de ahí es que se debe partir e integrar visiones y realizar procesos que no tengan impactos buenos por un lado y dañinos en el relacionamiento de las comunidades, es importante transitar hacia escenarios de equidad e igualdad de derechos para todos y todas, de manera muy especial para quienes por años han sufrido lo adverso de la pobreza extrema.
Fuerza indígena, mujeres y vientos
La mirada a la espiritualidad del viento desde la cosmovisión indígena y específicamente de las mujeres y lideresas wayúu, cobra sentido si se realiza desde sus voces y se guarda la esencia que ellas viven frente al viento, por ello, presento un resumen de las memorias del reencuentro de amigas del viento, organizado por el colectivo de Mujeres de fuerza Wayuúu y Oxfam en el año 2022, se realizaron entrevistas y encuentros con algunas de las participantes y se tomaron apartes de la ponencia titulada dicho espacio, titulada El viento como ser espiritual- del cual, fue panelista: Luis Fuenmayor.
El punto de partida es que el viento para los y las indígenas es de valor espiritual, tiene connotaciones ancestrales y un poder infinito, no es un tema de actualidad por lo de los parques eólicos, es un recurso de tipo espiritual que atraviesa todos los aspectos de sus dinámicas de vida.
Las reflexiones de Luis Fuenmayor apuntan a que Joutai es hijo de Palaa lo que significa que es un ser espiritual perteneciente al orden de familiaridad ancestral, Jou- ojo / tai piel / quien tiene su mirada siempre sobre nosotros.
De este modo, el viento es fundamental para la vida y para la muerte, si hay algo sagrado para los Wayúu es la muerte, morir consiste cuando se termina el viento en el cuerpo- cuando viento se va el alma parte del cuerpo. Por ello, existen varios tipos de viento y se pueden categorizar desde su posición geográfica:
Uchijeekuai
Palaajekauin
Waopujekuaai
Wuimpujekua
Asimismo, cada viento tiene características particulares que permiten el equilibrio entre un viento y otro, el que viene de chupuna es buena lluvia, el que viene de palaa o de jepirra puede enfermar, trae enfermedades, el viento Pichikua- nos recuerda que vivimos en una constante confrontación de los vientos.
Las mujeres amigas del viento, consideran que:
«Conocer el rol y la importancia de los vientos es fundamental para planeación del ordenamiento territorial, por ejemplo, ningún Wayuu construyen su casa por donde pasa el viento, las casas se construyen de manera vertical para que el viento pase libremente, no se evita al viento él puede pasar por las casas, impregnar la cotidianidad» (2022)
Luis Fuenmayor (2022) ponente en el encuentro con las amigas del viento y a quienes las mujeres wayúu del colectivo (amigas del viento) reconocen como un joven con consciencia de género y respetuoso de los derechos de las mujeres, afirma que existen diferentes tipos de vientos, basado en el conocimiento ancestral de los wayúu:
Wawai: el viento de tormenta. Siempre que llega la tormenta las personas deben abrir sus puertas para que pase libre. Wawai vive en una constante rivalidad entre juya. Por eso vienen tormentas con la lluvia.
Merkatshi: el viento fresco
Maitshi: es sueve no se siente
Jojotshi: sereno , normalmente llega en las madrugadas.
Wa´ale : es una brisa alta. Abajo no ventea pero avisa que vendrán otros vientos
En Jojoshi no se siembra porque es frio y trae un sol muy fuerte lo que hace que las semillas no florezcan si no que se secan
En Merakashi, se puede preparar la huerta para sembrar.
Epichikua anuncia una buena lluvia.
Los vientos anuncian los tiempos de pesca, lluvia, siembra, corte leña; son puntos de referencia para cada actividad económica. Guían el calendario sociocultural-económico del pueblo Wayuu. De este modo, los y las wayúu consideran que están llamados al Kojutaa, que es el respeto entre humanos y seres espirituales. Cuando a los mayores o mayoras se les pregunta porque no llueve como antes, muchos contestan es que el akuaipa está cambiando. Ya no hay yonna, kaulayawaa y eso está rompiendo el equilibrio.
Cosmovision matrialineal –cuerpo territorio
De este modo, es importante hacer referencia al rol matrilineal, paralelo este también al machismo que se presenta en una cultura ampliamente representativa como la Wayúu, donde la mujer desarrolla roles de liderazgo pero también debe enfrentar desafíos machistas; lo anterior, se refiere sin desconocer el poder que la mujer Wayúu logra ejercer en su entorno por su rol matrilineal, lo cual, marca una diferencia con respecto a otras mujeres indígenas que tienen menos acceso a espacios de participación.
Como lo menciona, el palabrero Guillermo Jayariyu: “Diferente a los Alijunas que consideran que la mujer salió de una costilla del hombre, los Wayùu consideramos que salimos del vientre de las mujeres y, por eso, somos matrilineales y la mujer tiene un poder especial en nuestra cultura” (Entrevista realizada en Mayo de 2020)
Es pertinente mencionar algunos aspectos relevantes de la mujer wayúu que aportan a la reflexión planteada, como los expuestos por Román y Luis Delgado quienes refieren que:
Las mujeres respetan sus principios culturales como el cuidado de la familia, la maternidad garante del linaje y la estabilidad de la cultura, liderazgo y defensa del territorio como herederas del mismo; sin embargo, son notorios los cambios que se generan, por el acceso a la educación, el avance en temas de género y diversos estímulos que aportan a la mujer indígena o afro la motivación de transformar esquemas; por ello, las concepciones femeninas que, con anterioridad estaban basadas exclusivamente en la reproducción, se amplían a nuevos intereses desde la perspectiva de la garantía de derechos.
La participación y el activismo de las mujeres (en la Guajira esto es notorio desde organizaciones sociales y el auge de movimientos con enfoque étnico y diferencial) demuestran los cambios que se han generado en términos de las aperturas que las mujeres han logrado en ámbitos públicos/comunitarios. A esto hay que prestarle atención, al valor espiritual del viento y los impactos que viva la comunidad wayúu con las intervenciones energéticas que se realizan en el departamento de La Guajira.
Es importante mencionar que las mujeres respetan sus principios culturales como el cuidado de la familia, la maternidad garante del linaje y la estabilidad de la cultura, liderazgo y defensa del territorio como herederas del mismo; sin embargo, son notorios los cambios que se generan, por el acceso a la educación, el avance en temas de género y diversos estímulos que aportan a la mujer indígena o afro la motivación de transformar esquemas; por ello, las concepciones femeninas que, con anterioridad estaban basadas exclusivamente en la reproducción, se amplían a nuevos intereses desde la perspectiva de la garantía de derechos.
“A nivel mitológico la mujer wayuu es sinónimo de creación, ya que a partir de «Mmaa» nuestra madre mitológica se creó la Gran Nación Wayuu y a partir de ese mismo concepto nos convertimos en una cultura matrilineal. La mujer dentro de la cultura wayuu es el pilar fundamental, debido a que es la persona encargada de preservar las tradiciones, a través, de la transmisión del conocimiento a sus descendientes por medio del uso de la palabra, en ese mismo orden de ideas es la encargada de preservar su linaje a través de la continuidad de su «Eiruku».
Irina Fince – Mayo 2020.
Bajo esta posibilidad de las dinámicas cambiantes, actualmente existe una tendencia a la inclusión femenina en los diferentes sistemas sociales, aunque esto aisladamente no implica una inclusión total de la mujer, son inicios de equidad más no de igualdad de derechos; es pertinente afirmar que las nuevas generaciones de mujeres wayúu se perciben como fundamentales no solo para mantener el linaje, sino desde diversos roles donde pueden desarrollar liderazgos académicos, políticos, sociales o culturales. Conciben su participación como transformadora de lo que ha venido marcando la verticalidad de la cultura patriarcal.
Una de las barreras que enfrentan las mujeres es la normalización de la violencia contra ellas, especialmente cuando comienzan a tener reconocimiento como activista social y cuando exponen nuevas visiones, por ejemplo, las mujeres wayúu que se auto-reconocen como feministas y que generan reflexiones y cuestionamientos respecto a algunos usos y costumbres (como la dote, la violencia sexual, violencia política, racismo, entre otros) más allá de ampararlos en argumentos culturales, asumen una postura de deconstrucción de estereotipos de género y culturales.
“El argumento de la conservación de las tradiciones no puede, desde ninguna perspectiva, seguir justificando las violencias contra las mujeres, contrariamente si algunas tradiciones comportan este tipo de violencias deben ser dejadas de lado y, de ser necesario, reinventar otras formas de relacionamiento en el que las mujeres no sean violentadas” [Jazmín Romero Epiayú, mujer wayúu feminista integrante del Movimiento Feminista de Niñas y Mujeres Wayúu, 1 de junio del 2020]
Las mujeres y de manera especial las mujeres wayúu, han estado afectadas por mandatos patriarcales, pero es relevante decir que los argumentos de las practicas machistas están cada vez más cuestionados y llamados a las transformaciones como consecuencia de los liderazgos femeninos, es decir, la participación y el activismo de las mujeres; esto se puede observar en los diferentes movimientos feministas liderados o de los que hacen parte mujeres indígenas, asimismo, procesos académicos y de participación política, son muchas las mujeres que están liderando organizaciones sociales defensoras de derechos humanos e incluso derechos sexuales y reproductivos que hace algunos años no existían, ahora lo hacen y eso demuestra los cambios que se han generado en términos de las aperturas que las mujeres han logrado en ámbitos públicos/comunitarios.
Todo esto ha generado la deconstrucción de estereotipos de género, para enfatizar sus causas enmarcadas en la búsqueda de la garantía de los derechos; aún falta mucho, pero existen algunos avances en razón a estas nuevas dinámicas sociales de las mujeres. Las mujeres son fundamentales en la defensa del cuerpo-territorio y La Guajira como departamento cabeza de Colombia pluricultural, ancestral y diverso necesita la sabiduría de sus mujeres indígenas y una intervención interseccional para su desarrollo integral y cierro esta nota con la siguiente reflexión:
“Será el siglo de las mujeres”. De ahí que se necesitan más mujeres en espacios de poder que garanticen una representación igualitaria; mujeres que utilicen su poder para escuchar, hacer alianzas y que construyan democracia. Y ante estos retos indicó que, aunque no será fácil, están llamadas a trabajar para derrotar la desconfianza… Fuerza y coraje para seguir en la política porque sus países las necesitan”. Michelle Bachelet
[1] Escritora Guajira e investigadora académica, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones, Especialista en Alta Gerencia, Psicóloga, Columnista por 12 años de diferentes medios escritos, feminista, autora de 5 libros y coautora de cartillas de contenido social, cultural y de género.
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