Por: Fabrina Acosta-Contreras

Inicio afirmando que las niñas no son el futuro sino un presente dinámico e inspirador, por ello las brechas sociales basadas en género, deben llevarnos a reflexionar de manera enfática sobre la importancia de garantizar a todas las niñas sus derechos y especialmente la posibilidad de vivir libres y felices; es inaceptable la violencia contra ellas, como matrimonios infantiles, explotación sexual o embarazos; que sean asesinadas y que sus vidas sean vulnerables a trampas de pobreza como la desescolarización.

Jairem

Jairem un ejemplo de guajiridad

Es una adolescente de 13 años que estudia en la Institución Educativa Alfonso López Pumarejo en Uribia capital indígena de Colombia, cursa grado octavo, hace parte del programa «Ella es Astronauta” de la Fundación “She Is”, también de iniciativas sociales que trabajan por los derechos de las niñas, los niños y adolescentes, lo cual, nos indica las capacidades creativas y la sensibilidad que tiene ella del mundo, de los problemas y la esperanza que guarda de una transformación para su territorio.

Ella es fuerza como los soles de su amada Uribia, es resiliencia, alegría, esperanza y amabilidad, es en conclusión un ejemplo claro de guajiridad, tiene la esencia de la gente de esa bella tierra, una de no rendirse y creer que de situaciones adversas pueden resultar grandes procesos.

El liderazgo adolescente es esperanza para La Guajira

Tiene un discurso elocuente y contundente que deja en evidencia su liderazgo femenino y la fuerza que tienen las nuevas generaciones para dejar sus huellas desde diferentes escenarios, cuando se dialoga con ella se percibe a una persona feliz, libre, segura y que goza del apoyo de su familia, su escuela y entorno, de manera especial, de su madre Martha Karina Bravo Oliveros quien está con ella en todo, dando el apoyo necesario para que Jairem sienta que lo puede todo y que el mundo espera por ella y sus grandes aportes.

Martha y Jairem

Ella es astronauta y todo lo que se proponga

El programa Ella es Astronauta, nos ha permitido conocer historias inspiradoras de niñas y adolescentes de diferentes departamentos de Colombia que accionan sus liderazgos y creatividad, que experimentan aprendizajes valiosos en la formación de sus proyectos de vida, convirtiéndose es un escenario de empoderamiento, desde el cual, enfrentan los desafíos particulares de sus territorios.

Es un orgullo que de ese inspirador programa haga parte una representante de La Guajira y que esto signifique un universo de esperanzas para muchas más, porque su experiencia les hace sentir que vale la pena soñar y trabajar con el acompañamiento de sus familias, profesores y comunidad en general, para hacer realidad dichos sueños.

Las violencias contra las niñas un monstruo por erradicar

Cierro estas letras, reflexionando respecto a que si bien las violencias contra las niñas no son un problema lineal de fácil solución, al que se le puedan establecer diagnósticos precisos sino más bien una situación compleja con infinitos contextos particulares, sí es importante reconocer que uno de los puntos de partida para erradicar dichas violencias es dejar de normalizar las violencias sexuales contra ellas, infantilizándolas y convirtiéndolas en un objeto receptor de todo sin derecho a pensar y decidir, las niñas sienten y piensan, ellas no son cosas sino seres humanos; basta de considerar que se puede decidir sobre sus cuerpos y sus vidas bajo la premisa (a veces un tanto perversa) de los “usos y costumbres” como el hecho de obligarlas a casarse a sus 10 años con hombres de 50 o 60, desescolarizándolas para que asuman roles domésticos, truncando su derecho a la educación, la libertad y a ser felices con lo que quieran en sus vidas y no con lo que los adultos decidan para ellas.

Escuchar a Jairem, enciende esperanzas y motiva a seguir trabajando por una vida libre de violencias, en equidad e igualdad de derechos, desde perspectivas feministas, de género y enfoque diferencial, merecemos vivir sin miedos, respetando las diferencias y haciendo honor a nuestra esencia – sentipensante – desde la cual, podemos tejer nuevas realidades no conflictivas, incluyentes y diversas. Gracias Jailem por inspirar, que sigan naciendo esos nuevos feminismos que tejan un gran telar intergeneracional, el cual, deconstruya el patriarcado y le dé vía libre a la garantía de los derechos a las mujeres.

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