Por: Fabrina Acosta – Contreras
Esta obra hay que verla! Siguiendo mi ambición soñadora pregunto: ¿Qué tal si la llevamos a Colombia?
Fue un día extrañamente cálido entre verano y otoño madrileño, tuve la oportunidad de vibrar con el poder del teatro consciente, poderoso y urgente de impactar al mundo, ella estaba ahí imponente con ojos brillantes como el sol de Uribia a medio día y movimientos estéticos como el abrazo del nordeste riohachero; no estaba yo en territorio cercano al mío pero ella – Karina Garantivá – me hizo viajar a nuestro útero existencial, por eso con digno orgullo sororo y coraje de recuerdos de adolescencia cuando frente al mar riohachero soñábamos con hacer grandes cosas que jugaban a ahogarse en la mística crudeza de un territorio fértil como La Guajira pero a la vez árido para sueños tan gloriosos que se atreven a salir de los mandatos culturales escribo estas letras, claro, dedicarse a actuar o escribir eso solo se le ocurría a dos locas apasionadas que se hacen llamar hermanas, ella y yo, locas… sí somos locas muy locas, somos unas Yermas que matamos la desesperanza y varios mandatos machistas y encendemos la fuerza inquebrantable de los vientres puramente guajiros.
Federico García Lorca, jamás sospecho que una mujer de piel salada, esencia latina, autenticidad guajira estaría interpretando con majestuoso honor y gloria a su YERMA, una Yerma que no será igual a ninguna otra, es que ella ya fue hecha de resiliencia, una resiliencia con poder infinito de reinventarse, entonces un mandato patriarcal, un desafío o cualquier invento absurdo de la apariencia social no le asustan, las lagrimas no la marchitan sino que la encienden, ella es una absoluta guerrera de la existencia, teje lo banal con lo espiritual y si le toca matar una y otra vez a su fantasma del síndrome de la impostura pues saca su Yerma más letal, se sacude y germina como un pichiguel del cactus más desolado de la alta guajira.
Yo estaba ahí transitando entre el poder del teatro, la actuación sublime de Karina y sus coequiperos y la magna dirección de Ernesto Caballero, que más podía pedir sino vivir al máximo ese momento y no resistirme a recordarme lo grande que es la gente de la tierra que me vio nacer – La Guajira.
Federico, creo que nuestra realidad supera tu ficción o capacidad de invención porque te cuento que en este mundo patriarcal y en territorios tan complejos culturalmente como el nuestro si que nacen yermas diariamente, unas tan fértiles que a veces deciden no parir y demostrar que hay infinitos modos de dar vida más allá que el cumplimiento biológico/reproductivo de tener útero.
Te celebro Karina Garantivá
Te celebro por no morir, ni marchitarte jamás, por recordarnos que al mundo y a La Guajira le falta más Arte para tejer esperanzas y transformaciones. Te celebro porque no eres una “famosa” sino una reconocida artista integral, ejemplo para las nuevas generaciones y quiero que nuestro país y en especial la gente de nuestro departamento conozca tu trabajo y vayan por el mundo hinchados de orgullo por cada ser de luz que como tu deja en alto el nombre de las mujeres, de nuestra historia y de nuestra tierra.
Yerma: una obra de teatro con bocado de despertares
Karina Garantivá y el director escénico Ernesto Caballero, impulsores del proyecto Teatro Urgente, pusieron su atención a la gran tragedia, ejemplificada en Yerma, de Federico García Lorca. “ Afirman que:
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